Cobalto 43
Beatriz De León
Completo
3 horas 42 minutos
De la editorial
La desaparición de un ser querido puede destrozar una familia entera y, aun a través de los años, seguir siendo una herida que no cierra. Sandra Dávalos, una reportera independiente, acude a la casa ubicada en Cobalto 43 después de enterarse que han encontrado el esqueleto de un niño.
Tiene una corazonada que no deja de golpearle el pecho: que ese montículo de huesos recién localizados pertenezca a Mateo, su primo, desaparecido varias décadas atrás. El domicilio, ubicado a pocos metros de donde ella creció, pertenecía a los Straffon, un matrimonio a ojos de los vecinos, tras el que se ocultaba un par de hermanos.
La reportera recuerda la forma en cómo cambió la dinámica familiar después de esa desaparición: la búsqueda incansable de sus tíos, la lenta agonía de su nana por ver de nuevo al nieto, los familiares que lloraban al ausente. "Crecí con la idea de que en México la gente, simplemente, desaparecía", filosofa Sandra mientras recuerda la promesa que desde niña le hizo a su abuela: encontrar a Mateo. Ella junto con el comandante Rivas, últimos reductos de la honestidad en sus profesiones, unirán esfuerzos para dar con la identidad del esqueleto descubierto en Cobalto 43.
Beatriz de León, realiza una indagación sobre el significado de desaparecer en México y, al mismo tiempo, lo que representa ejercer el periodismo en esta época donde la vocación se ha ido perdiendo y la indiferencia ha ganado, poco a poco, la partida.
La autora conoce perfectamente los entresijos del poder que otorgan el dinero y la pluma y, con esta primera novela, nos entrega una historia de ficción que, estoy seguro, sus nuevos lectores no podrán abandonar.
Carlos René Padilla
Reseña en Excelsior
Beatriz De León une el periodismo y ficción en la novela 'Cobalto 43'
Virginia Bautista
La desaparición de un ser querido es una herida que nunca cierra. Pero ¿cuál es el verdadero significado de desaparecer en México? La búsqueda incansable, la lenta agonía, la incertidumbre, la destrucción familiar, el alcoholismo, el abandono y el dolor.
Los personajes de la novela Cobalto 43 (Nitro Press), de la escritora y periodista Beatriz de León, siguen este proceso ante la desaparición de Mateo, "un niño que no alcanzó a vivir, al que le gustaba el futbol y los caballos, y que siempre traía su sombrero". Eso es todo lo que su familia recuerda de él.
Explorando el género negro, la comunicóloga narra la historia de Sandra Dávalos, una reportera independiente que acude a la casa ubicada en Cobalto 43, tras enterarse que la policía ha encontrado el esqueleto de un niño.
La egresada del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del INBA construye la historia de Mateo a partir de la fuerza y la empatía de los personajes femeninos: la madre del niño, la periodista, la forense, las vecinas. "Nosotras ponemos el toque sensible a la realidad", considera.
El personaje Simón, hermano menor de Mateo, es importante porque siente dolor contra un desaparecido al que no recuerda bien, porque él era un bebé. "Es un ejemplo de quienes no vivieron la pérdida, pero heredaron el dolor de ver cómo se destruyó la familia, cómo empezaron los problemas de alcoholismo y el abandono".
La maestra en Periodismo Político combinó este oficio con el ambiente policiaco. "Vi que varios casos de desaparición parecían ficción, pues la violencia era apabullante; pero la realidad siempre es más terrible.
Tiene una corazonada que no deja de golpearle el pecho: que ese montículo de huesos recién localizados pertenezca a Mateo, su primo, desaparecido varias décadas atrás. El domicilio, ubicado a pocos metros de donde ella creció, pertenecía a los Straffon, un matrimonio a ojos de los vecinos, tras el que se ocultaba un par de hermanos.
La reportera recuerda la forma en cómo cambió la dinámica familiar después de esa desaparición: la búsqueda incansable de sus tíos, la lenta agonía de su nana por ver de nuevo al nieto, los familiares que lloraban al ausente. "Crecí con la idea de que en México la gente, simplemente, desaparecía", filosofa Sandra mientras recuerda la promesa que desde niña le hizo a su abuela: encontrar a Mateo. Ella junto con el comandante Rivas, últimos reductos de la honestidad en sus profesiones, unirán esfuerzos para dar con la identidad del esqueleto descubierto en Cobalto 43.
Beatriz de León, realiza una indagación sobre el significado de desaparecer en México y, al mismo tiempo, lo que representa ejercer el periodismo en esta época donde la vocación se ha ido perdiendo y la indiferencia ha ganado, poco a poco, la partida.
La autora conoce perfectamente los entresijos del poder que otorgan el dinero y la pluma y, con esta primera novela, nos entrega una historia de ficción que, estoy seguro, sus nuevos lectores no podrán abandonar.
Carlos René Padilla
Reseña en Excelsior
Beatriz De León une el periodismo y ficción en la novela 'Cobalto 43'
Virginia Bautista
La desaparición de un ser querido es una herida que nunca cierra. Pero ¿cuál es el verdadero significado de desaparecer en México? La búsqueda incansable, la lenta agonía, la incertidumbre, la destrucción familiar, el alcoholismo, el abandono y el dolor.
Los personajes de la novela Cobalto 43 (Nitro Press), de la escritora y periodista Beatriz de León, siguen este proceso ante la desaparición de Mateo, "un niño que no alcanzó a vivir, al que le gustaba el futbol y los caballos, y que siempre traía su sombrero". Eso es todo lo que su familia recuerda de él.
Explorando el género negro, la comunicóloga narra la historia de Sandra Dávalos, una reportera independiente que acude a la casa ubicada en Cobalto 43, tras enterarse que la policía ha encontrado el esqueleto de un niño.
La egresada del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del INBA construye la historia de Mateo a partir de la fuerza y la empatía de los personajes femeninos: la madre del niño, la periodista, la forense, las vecinas. "Nosotras ponemos el toque sensible a la realidad", considera.
El personaje Simón, hermano menor de Mateo, es importante porque siente dolor contra un desaparecido al que no recuerda bien, porque él era un bebé. "Es un ejemplo de quienes no vivieron la pérdida, pero heredaron el dolor de ver cómo se destruyó la familia, cómo empezaron los problemas de alcoholismo y el abandono".
La maestra en Periodismo Político combinó este oficio con el ambiente policiaco. "Vi que varios casos de desaparición parecían ficción, pues la violencia era apabullante; pero la realidad siempre es más terrible.
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